miércoles, 20 de febrero de 2013



Siempre que nos enfrentamos a un dilema no lo hacemos con nuestra mirada propia y personal, en realidad es nuestro árbol genealógico el que toma la decisión. Decisión basada en el peso del pasado, en la repetición. Eso provoca que nos estanquemos, que entremos en dinámicas repetitivas, donde damos vueltas y más vueltas en torno al mismo problema.
Frente a las heridas tenemos dos opciones, sanarlas o exaltarlas convirtiéndolas en algo artístico. Siempre será mejor sanar que tratar, ya que todo tratamiento sólo busca mantenernos, no hay una verdadera mutación o transformación en el mismo.
Para alcanzar esa mutación buscada nos podemos servir de la psicomagia. Como dice Alejandro Jodorowsky:
“Cuando hacemos algo que nunca hemos hecho antes ya estamos en el camino de la sanación”.
El efecto sorpresa es muy importante para poder salir de esos círculos en forma de hábitos mentales, emocionales, sexuales y corporales. Nos dice que en el momento rompemos con esos límites que nos han impuesto desde nuestra familia, sociedad y cultura, descubrimos que somos tan infinitos como el universo.
Repetiré las palabras de Alejandro Jodorowsky:
“Hay que hacer algo que nunca hayamos hecho antes y cuanto más difícil mejor”.

A.J

No hay comentarios:

Publicar un comentario