domingo, 31 de marzo de 2013

Oportuncrisis

Considero que es así en todos los aspectos de la vida. Que la vida es solo cuestión de suerte, y que las cosas pasan porque si, es para los descreídos del destino, ese que ya elegimos desde el día en que le ganamos la carrera a 100 millones, para hoy encontrarnos.





Con el tiempo uno se da cuenta que hay señales y que cada vez que las descubrís sabes que es una menos, hay quienes las toman y abordan un viaje a lo desconocido sin más bultos que la excitación y la sorpresa de lo nuevo y hay quien prefiere no tomarlas, las casualidades no existen, si las tomas hay que ir hasta el fondo, si elegís evitarlas y echarle la culpa a la suerte, pasó un tren, quien sabe cuántos pasen, cien más, dos, cinco, ninguno, lo terrible sería nunca arriesgar y que tu vida sea vivir en una estación, y envejecer a la par del paisaje y oxidarte a la par de las vías. Y fundirte en el tiempo.

viernes, 29 de marzo de 2013

El atlas de las nubes

Fragmento de la película El atlas de las nubes.




Creer como el miedo y el amor,debe ser entendido como entendemos la teoría de la relatividad y los principios de incertidumbre, Fenómenos que determinan el curso de nuestras vidas, ayer mi vida se dirigía en una dirección, hoy se dirige en otra, ayer hubiese creído que jamas habría hecho lo que hice hoy.estas fuerzas que suelen rehacer el tiempo y el espacio y pueden dar forma y alterar quien imaginamos que somos comienzan mucho antes de que nazcamos, y continua luego de que morimos,nuestras vidas y nuestras decisiones como trayectorias cuánticas se entienden momento a momento, cada intersección, cada encuentro sugiere una nueva dirección potencial.
Nuestras vidas no nos pertenecen del vientre a la tumba estamos ligados a otros, pasado y presente.

Ojos secos




El más triste es el llanto de ojos secos
el que se llora con o sin memoria
con la garganta / con la calavera
o las bisagras del recogimiento.

Antes lloraba por las guerras locas
con fábulas de sangre y osadía
por el paisaje herido de temblores
por los cansados de mirar al cielo,

pero los ojos se secaron / sabios
se secaron despiertos / errabundos
no saben ni qué mirar ni qué asumir
son ojos deslumbrados / cenicientos.

Por eso el llanto seco es la muralla
en que se estrellan todos los desdenes
y uno vive buscándose /buscándose
tragándose las lagrimas saladas.


Mario Benedetti

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti

jueves, 28 de marzo de 2013

Alma al aire




Según dicen algunas antiguas tradiciones, el árbol de la vida crece al revés. El tronco y las ramas hacia abajo, las raíces hacia arriba. La copa se hunde en la tierra, las raíces miran el cielo. No ofrece sus frutos, sino su origen. No esconde bajo tierra lo más entrañable, lo más vulnerable, sino que lo arriesga a la intemperie: entrega sus raíces, en carne viva, a los vientos del mundo.

Son cosas de la vida - dice el árbol de la vida.

martes, 26 de marzo de 2013

Alejandra Pizarnik


Mi esperanza más antigua es ésta (infantil, increíble): un encuentro con alguien que me haga sentir que vive, que somos dos, sin que tengamos que recurrir a la mediación del lenguaje oral.
Alejandra Pizarnik


domingo, 24 de marzo de 2013

Te cansaste de intentar. Pero sigues allí, porque hay algo que te susurra todos los días, que las cosas algún día van a cambiar.


Quisiera darte todo lo que nunca hubieras tenido… y ni así sabrías la maravilla que es poder quererte.
Frida Khalo.

No te voy a cansar con más poemas.
Digamos que te dije
nubes, tijeras, barriletes, lápices,
y acaso alguna vez
te sonreíste.
Julio Cortazar

lunes, 18 de marzo de 2013

Chau Pesimismo


Ya sos mayor de edad
tengo que despedirte
pesimismo

años que te preparo el desayuno
que vigilo tu tos de mal agüero
y te tomo la fiebre
que trato de narrarte pormenores
del pasado mediato
convencerte de que en el fondo somos
gallardos y leales
y también que al mal tiempo buena cara

pero como si nada
seguís malhumorado arisco e insociable
y te repantigás en la avería
como si fuese una butaca pullman


se te ve la fruición por el malogro
tu viejo idilio con la mala sombra
tu manía de orar junto a las ruinas
tu goce ante el desastre inesperado

claro que voy a despedirte
no sé por qué no lo hice antes
será porque tenés tu propio método
de hacerte necesario
y a uno lo deja triste tu tristeza
amargo tu amargura
alarmista tu alarma

ya sé vas a decirme no hay motivos
para la euforia y las celebraciones
y claro cuandonó tenés razón

pero es tan boba tu razón tan obvia
tan remendada y remedada
tan igualita al pálpito
que enseguida se vuelve sin razón

ya sos mayor de edad
chau pesimismo

y por favor andate despacito
sin despertar al monstruo





Mario Benedetti

sábado, 16 de marzo de 2013

Historias



Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua.

En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.

Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo queda en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón; se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:

-Decile a… -susurró el niño-

Decile a alguien, que yo estoy aquí.

Nochebuena - Eduardo Galeano

jueves, 14 de marzo de 2013

Quién más lindo que vos



Diecisiete hombres caminan hacia la aniquilación. El cardenal Maurer llega a Bolivia desde Roma. Trae las bendiciones del Papa y la noticia de que Dios apoya decididamente al general Barrientos contra las guerrillas. Mientras tanto, acosados por el hambre, abrumados por la geografía, los guerrilleros dan vueltas por los matorrales del río Ñancahuazú. Pocos campesinos hay en estas inmensas soledades; y ni uno, ni uno solo, se ha incorporado a la pequeña tropa del Che Guevara. Sus fuerzas van disminuyendo de emboscada en emboscada. El Che no flaquea, no se deja flaquear, aunque siente que su propio cuerpo es una piedra entre las piedras, pesada piedra que él arrastra avanzando a la cabeza de todos; y tampoco se deja tentar por la idea de salvar al grupo abandonando a los heridos. Por orden del Che, caminan todos al ritmo de los que menos pueden: juntos serán todos salvados o perdidos. Mil ochocientos soldados, dirigidos por los rangers norteamericanos, les pisan la sombra. El cerco se estrecha más y más. Por fin delatan la ubicación exacta un par de campesinos soplones y los radares electrónicos de la National Security Agency, de los Estados Unidos. La metralla le rompe las piernas. Sentado, sigue peleando, hasta que le vuelan el fusil de las manos. Los soldados disputan a manotazos el reloj, la cantimplora, el cinturón, la pipa. Varios oficiales lo interrogan, uno tras otro. El Che calla y mana sangre. El contralmirante Ugarteche, osado lobo de tierra, jefe de la Marina de un país sin mar, lo insulta y lo amenaza. El Che le escupe la cara. Desde La Paz, llega la orden de liquidar al prisionero. Una ráfaga lo acribilla. El Che muere de bala, muere a traición, poco antes de cumplir cuarenta años, exactamente a la misma edad a la que murieron, también de bala, también a traición, Zapata y Sandino. En el pueblito de Higueras, el general Barrientos exhibe su trofeo a los periodistas. El Che yace sobre una pileta de lavar ropa. Después de las balas, lo acribillan los flashes. Esta última cara tiene ojos que acusan y una sonrisa melancólica. Creía que hay que defenderse de las trampas de la codicia, sin bajar jamás la guardia. Cuando era presidente del Banco Nacional de Cuba, firmaba Che los billetes, para burlarse del dinero. Por amor a la gente, despreciaba las cosas. Enfermo está el mundo, creía, donde tener y ser significan lo mismo. No guardó nunca nada para sí, ni pidió nada nunca. Vivir es darse, creía; y se dio.

martes, 12 de marzo de 2013

Hermann Hesse.



He sido un hombre que busca, y aún lo sigo siendo… Mi historia no es agradable, no es dulce y armoniosa como las historias inventadas. Tiene un sabor a disparate y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que ya no quieren seguir engañándose a sí mismos.
Hermann Hesse.

domingo, 10 de marzo de 2013

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
Mario Benedetti





sábado, 9 de marzo de 2013

"Todo es señal y enseñanza para el que sea capaz de despertar."

Jacobo Grinberg Zylberbaum

Voy a vivir profundamente este instante. Si no soy yo quien lo vive,
¿quien?. Si no es aquí, ¿dónde?, y si no es ahora, ¿cuándo? y si no es de esta manera, ¿cómo?.

Alejandro Jorodowsky

"La libertad comienza cuando te das cuenta
de que no eres «el pensador».
En el momento en que empiezas a observar al pensador,
se activa un nivel de conciencia superior.
Entonces te das cuenta de que hay un vasto reino
de inteligencia más allá del pensamiento,
y de que el pensamiento
sólo es una pequeña parte de esa inteligencia.
También te das cuenta de que todas las cosas
verdaderamente importantes
—la belleza, el amor, la creatividad,
la alegría, la paz interna—
surgen de más allá de la mente.

Empiezas a despertar."

Eckhart Tollé

viernes, 8 de marzo de 2013



No sé hasta dónde me lleve este camino, este difícil camino de tu espera. No sé hasta dónde te persiga mi llanto, hasta dónde se prolongue tu encuentro. Si yo pudiera rogar, te rogaría: si supiera pedir, te pediría; te diría que pronto, que vinieses a mí ahora mismo, que te necesito, que esto es urgente, imprescindible. Pero me he acostumbrado a aguardarte en silencio.
Jaime Sabines