domingo, 24 de febrero de 2013

Mi reflexión sobre la duda



El miedo como siempre es el primer compañero que dice acá estoy, cuando uno tiene que tomar una decisión y es una decisión complicada ahí esta él, y nos hace dudar y juega con nuestra mente y obstruye nuestros sentimientos, y comienza a enviar a sus soldados que son la razón y la moral y el prejuicio, porque no nos permitimos fracasar, porque sería una vergüenza reconocer que nos equivocamos, que hicimos algo mal, entonces decimos, mejor sigo acá, total no tengo nada que perder, y ahí está el error, porque tenemos que intentar, intentar sentir nuestros deseos del corazón porque ahí esta nuestra alma, que es la que lo hace latir, sentir; jamás nos vamos a sentir mal si nos equivocamos al tomar una decisión que viene del corazón, porque es sincera, porque sabemos que es lo que puede pasar.
Al estar convencido de la decisión a tomar no hay culpas, porque sabemos que es la correcta, porque en cada camino que elegimos que tenga corazón estamos avanzando al estar siendo, a ese ser que vamos a ser mañana, o pasado, o dentro de 20 años, porque ya estamos formados, porque todo lo que nos ocurre es para avanzar en ese ser, nada es casualidad, todo sucede por algo, ninguna persona se cruza en tu camino porque sí, todos tienen un fin en tu vida, algunos para hacerte dar cuenta que no vas bien, otros para enseñarte, otros para despertar cosas en uno que no sabíamos que existían, infinita cantidad de cosas, desde el chofer de un colectivo, hasta la mirada más profunda de la persona que amas, todo es para parte del estar siendo. Por eso para mí, no hay que dejarle lugar al miedo, nunca nos va a ir bien si tomamos una decisión en base a él, es la equivocada, la impuesta, la políticamente correcta, y de apoco de esa forma vamos anulando nuestras sensaciones profundas y las cambiamos por sensaciones superficiales. Saltemos desde el trampolín mas alto a las aguas más claras, sin miedo al frio, con las ansias de sentir el vértigo de la caída a la más refrescante y trasparente sensación, rompamos el cascaron de nuestro huevo, si no nunca cantaremos, afuera hay muchas más cosas que las que podemos imaginar, encerrados en nuestro miedo no veremos más que lo mismo todos los días, no reprimamos nuestros deseos, que afloren las ganas sin miedo al error, porque como dice una canción “si hay que morir que sea de tanto vivir”, y no de ser correcto a un sistema. Cuando algo es puro y sale del alma, no hay dudas, no hay miedos, no hay temor al error, no hay margen a preguntarse estoy haciendo bien, estoy haciendo mal, tengo que seguir? , y si me equivoco?, No!, jamás!, escuchate. Nos hacen creer que tenemos que hacernos cargos de nuestras decisiones (que fueron las suyas, las inculcadas) cueste lo que cueste, y ahí es el ejemplo más claro donde nos tenemos que dar cuenta que no nos dejan decir, “me equivoqué “, “Le erré “, NO!!! Eso en el mundo de ellos es fatal, no podes equivocarte! Nunca vas a conformar a todo el mundo, nunca vas a hacer feliz a todos y menos si no somos felices nosotros mismos.
Nuestros errores son nuestros, no tiene por qué opinar nadie, no nos tiene que importar la opinión de las otras personas, todas ellas están contaminadas por el miedo, por la costumbre de lo social y éticamente correcto, siempre que escuches que alguien te dice: "No arriesgues", "vas a perder todo lo que conseguiste hasta ahora", "y que vas a ganar", "para que lo haces"," estas loc@", "pensa en tus amigos, en tu familia", " acá lo tenes todo", huye, no los escuches, esa persona va a terminar encerrada en su mundo sin haberse convertido en mariposa, nadie arriesga porque como dice Galeano es un mundo donde todo se basa en perder o ganar, y no se dan cuenta que el tiempo corre y uno muere mañana sin haber vivido más que la experiencia de lo impuesto.

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