viernes, 19 de octubre de 2012






Madre muerta, renacen tus alas,
El perdón se dejó oir;
Madre subdestinada, tus alas
guías de otro vuelo, cercano al mundo,
lejano del mio, año a año;
Madre creada, perfectamente imperfecta,
Cabeza de elefante,
Garras de oso,
Corazón de león,
Alas de alcón;
Esa eres, extinta, Única.

sábado, 13 de octubre de 2012


Se le otorgó el premio nobel de " LA PAZ" a la unión europea, esa que pacíficamente no deja entrar a los sudamericanos ni africanos, ni a nadie que no le guste su cara, esa que contaminó sus ríos y ahora va por los sudamericanos, esa que hoy en día mata de hambre a su propio pueblo con su crisis tan hermosamente creada por el capitalismo, hoy la gente no tiene sueldos ni trabajos, pero si lo tienen los banqueros, esos que la mal gastaron y jugaron a ser genios.Un premio a esta unión europea que roba tierras aún en el siglo 21, la misma que va con sus barcos y roba en aguas africanas toda la riqueza pesquera que pueda haber y sin pagar un solo peso, a río revuelto ganancia de pescadores, la misma que conserva colonias dispersas por el mundo, un premio que ya resulta claro que es amigo de lo mamarracho, un premio que gana prestigio entre los que mas lo necesitan y no entre los que mas hacen. Quizás yo tenga corrido el eje del termino "PAZ", si mal no recuerdo, el premio fue entregado anteriormente al presidente de la democracia "Obama", el mismo que se sigue permitiendo reír entre las lágrimas de todos lo luchadores negros que soñaron con un presidente de color, calculo que jamás hubieran creído que él mismo seguiría sosteniendo guerras, permitiendo condenados a muerte, centros de torturas, o de dejar que siga en su lista de TERRORISTAS Nelson Mandela increíblemente hasta el año 2008. Este fue un premio para Francia que tenia tropas, no hace mas que un minuto en la historia, matando por ahí en nombre de la paz, Para Italia la misma que había enviado militares a las fronteras para que los sudafricanos no lleguen, a Silvio no le gustan los negros, también para España, la madre patria profesora en deportados, para Inglaterra, la ama y señora de tierras ajenas y del mercado proteccionista, en fin, Felicitaciones a la Unión Europea por tan prestigioso premio, Hitler preparate que el próximo podes ser vos o algunos de tu amigos colaboradores de guerras.

miércoles, 10 de octubre de 2012


Diecisiete hombres caminan hacia la aniquilación. El cardenal Maurer llega a Bolivia desde Roma. Trae las bendiciones del Papa y la noticia de que Dios apoya decididamente al general Barrientos contra las guerrillas. Mientras tanto, acosados por el hambre, abrumados por la geografía, los guerrilleros dan vueltas por los matorrales del río Ñancahuazú. Pocos campesinos hay en estas inmensas soledades; y ni uno, ni uno solo, se ha incorporado a la pequeña tropa del Che Guevara. Sus fuerzas van disminuyendo de emboscada en emboscada. El Che no flaquea, no se deja flaquear, aunque siente que su propio cuerpo es una piedra entre las piedras, pesada piedra que él arrastra avanzando a la cabeza de todos; y tampoco se deja tentar por la idea de salvar al grupo abandonando a los heridos. Por orden del Che, caminan todos al ritmo de los que menos pueden: juntos serán todos salvados o perdidos. Mil ochocientos soldados, dirigidos por los rangers norteamericanos, les pisan la sombra. El cerco se estrecha más y más. Por fin delatan la ubicación exacta un par de campesinos soplones y los radares electrónicos de la National Security Agency, de los Estados Unidos. La metralla le rompe las piernas. Sentado, sigue peleando, hasta que le vuelan el fusil de las manos. Los soldados disputan a manotazos el reloj, la cantimplora, el cinturón, la pipa. Varios oficiales lo interrogan, uno tras otro. El Che calla y mana sangre. El contralmirante Ugarteche, osado lobo de tierra, jefe de la Marina de un país sin mar, lo insulta y lo amenaza. El Che le escupe la cara. Desde La Paz, llega la orden de liquidar al prisionero. Una ráfaga lo acribilla. El Che muere de bala, muere a traición, poco antes de cumplir cuarenta años, exactamente a la misma edad a la que murieron, también de bala, también a traición, Zapata y Sandino. En el pueblito de Higueras, el general Barrientos exhibe su trofeo a los periodistas. El Che yace sobre una pileta de lavar ropa. Después de las balas, lo acribillan los flashes. Esta última cara tiene ojos que acusan y una sonrisa melancólica. Creía que hay que defenderse de las trampas de la codicia, sin bajar jamás la guardia. Cuando era presidente del Banco Nacional de Cuba, firmaba Che los billetes, para burlarse del dinero. Por amor a la gente, despreciaba las cosas. Enfermo está el mundo, creía, donde tener y ser significan lo mismo. No guardó nunca nada para sí, ni pidió nada nunca. Vivir es darse, creía; y se dio